Los verdaderos «logros»

Foto Rebeca

Hace más de medio siglo, cuando el modelo se implantó en nuestro país, su promoción posterior se realizó en base a un presente de sacrificios (todos los gobiernos anteriores habían sido muy malos) y un futuro luminoso (el nuevo gobierno sería muy bueno). Más temprano que tarde, el horizonte a alcanzar de felicidad y bienestar prometido, comenzó a alejarse hasta que, entre discursos y nuevas promesas, como los papalotes cuando les cortan el cordel, se fue a bolina.

Hoy, si aún los hay, son muy pocos los que realmente creen en él, agobiados la mayoría de los ciudadanos por sobrevivir (¡a como sea!) en el presente, olvidados del futuro. Como esta es una situación peligrosa, imposibilitadas las autoridades de ofrecer alicientes materiales, han optado por ofrecerlos morales. Así, en los discursos y en los medios, se repiten hasta el aburrimiento, como principales logros del modelo: mantener la independencia, la soberanía y la identidad nacional, crear un sentimiento internacionalista en los ciudadanos, haber elevado el patriotismo y fortalecer la capacidad de resistencia ante las adversidades. En ayuda de esta nueva promoción, se crean paradigmas, inflando héroes prefabricados, como si fueran globos aerostáticos, y situándolos en el firmamento nacional, como ejemplos a seguir por las presentes y futuras generaciones.

Si hacemos un balance objetivo de los logros del modelo en este más de medio siglo, no debemos obviar, entre otros: la destrucción de la agricultura y de la ganadería, el desmantelamiento de los sistemas de transporte urbano, por carretera y ferroviario, el desabastecimiento constante de productos alimenticios y de uso general, los apagones eléctricos, la doble moneda, la doble moral, la deficiente educación ciudadana, el incremento de la violencia doméstica y social, el deterioro del fondo habitacional, la desorganización de las redes comerciales, la desaparición de las industrias, la censura, la represión al diferente, la prohibición de viajar libremente, etcétera. Estos logros se deben, no a la existencia del embargo, sino a la incapacidad del modelo de preservar lo alcanzado en cincuenta y seis años de República, desarrollarlo y hacer avanzar al país, resolviendo los problemas que aún existían, principal razón de la lucha y sacrificios de la mayoría del pueblo cubano. El camino escogido (hacer tabla rasa de todo lo anterior y edificar sobre sus ruinas la nueva sociedad) fracasó estrepitosamente. Constituyó una equivocación y un costoso error histórico, de los cuales, hasta ahora, nadie se ha hecho responsable, tratando con el silencio de hacer ver que nunca existieron. Es una lástima que en los diferentes libros biográficos, anecdotarios, memorias y entrevistas publicados, sólo se describan los denominados hechos heroicos, y no exista una sola línea dedicada a estos logros, ni las razones que los motivaron, lo cual pudiera resultar interesante para las presentes y futuras generaciones, con el objetivo de nunca más repetirlos.